Para José Maruzzi: “el carácter internacional o supranacional, le confiere al romaní un gran potencial para poder convertirse en una lengua de comunicación, sobre todo en Europa, ya que al estar virgen de los atributos del nacionalismo, no puede ser sospechosa de encerrar una voluntad imperialista o dominadora por parte de unos hablantes sin estado-nación”.
Algunos creen que no es necesaria una estandarización de la lengua romaní porque a largo plazo provocará la desaparición de algunos dialectos y empobrecerá, de este modo, su diversidad. Sin embargo, la estandarización de la lengua es larga y difícil.
A raíz de la estandarización podemos abordar diversos problemas: ¿dónde están los mayores riesgos de desaparición de la lengua? ¿La no estandarización de estas lenguas no entraña más riesgos de hacerlas desaparecer definitivamente? ¿No es necesario salvar lo esencial de la lengua, incluso al precio de una reducción de su diversidad interna?
"Estas gentes olvidan totalmente la tercera dimensión de la lengua, que está fuertemente ligada al futuro y al reconocimiento de los romà... Sin lengua romaní estándar, los gitanos no podrán conseguir su identidad nacional y cultural, ni su integración social."
Entre los ancianos existen reticencias hacia la estandarización ligadas a un cierto rechazo a expresar en romanò las cosas de la vida moderna, sobre todo entre aquellos que las conocen mal o las perciben como una agresión. Otros, por miedo, no quieren que sea divulgada entre los gadyè (no gitanos), puesto que se sienten protegidos por el hecho de que no los entiendan.
Entre los romà hay muy pocos enfrentamientos públicos y directos sobre el concepto de nación. Sin embargo, los líderes mantienen posiciones diferentes sobre este punto y acerca del tipo de sociedad que desean. Este debate puede entreverse a través del debate sobre la lengua. La estandarización y la enseñanza de la lengua romaní son objeto de debate político dentro del movimiento romaní.
La lengua romaní puede ser hablada únicamente con fines proselitistas. Es el caso de los pastores evangelistas que utilizan cada vez más el romaní para reclutar a sus fieles. Igualmente, algunos políticos romà utilizan el romaní en algunas actividades, pero esto puede resultar de cara al público totalmente demagógico.
En este caso, tal y como subraya Marcel Courthiade, hacen un llamamiento a la lengua, más como bandera de la identidad que como instrumento de comunicación.
Bibliografía:
Morgan Garo, ''Nevipens Romaní"
5 comentarios:
Si se estandariza para estudiarla que se estandarice estudiando sus dialectos. Ya el cada uno es libre de darle el uso que quiera.
Interesante, la verdad es que mucho no había escuchado sobre esta lengua.
Nadie se acuesta sin saber algo nuevo.
La lengua es un elemento esencial y característico de un país o de un grupo de personas. La estandarización es un modo de unión y de representatividad colectiva, aunque pueda suponer por otro lado un empobrecimiento cultural.Un tema muy interesante.
Lo comparto con su permiso.
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